Esta es mi historia.

Alba Sey es una actriz ligada al arte desde muy pequeña ya que lleva subiéndose a los escenarios desde los 3 años gracias a la danza.
Mujer de origen caballa y con el corazón siempre entre Ceuta y Málaga pero asentada en Madrid desde 2019.
La danza siempre fue como el “tercer brazo” de su cuerpo, de su vida, y gracias a ella descubrió la interpretación. Más tarde entendería que están más unidos de lo que pensaba. Cuerpo, mente y alma.

A los 17 años, gracias a sus pilares fundamentales, sus padres, se mudó a Málaga y entró al Bachillerato y Grado de Artes Escénicas en la Escuela Superior de Artes Escénicas, ESAEM, donde también estudió Arte Dramático. Cuando terminó su formación decidió que era el momento de irse a la capital para seguir formándose y hacerse un hueco dentro del mundo tan bonito y loco que eligió, el mundo de los actores y actrices.
Al llegar a Madrid entró en el Estudio Juan Carlos Corazza donde estuvo formándose durante dos años. Tras ello decidió realizar el Máster de interpretación ante la cámara en Central de Cine.
Además de ESAEM, Corazza y Central de Cine, donde realizó el groso de su formación, Alba también se formó en variedad de intensivos con directores y directores de casting. Tras ello, en un curso de seis meses que realizó en el Estudio Juan Codina, conoció a la actriz Cristina Alcázar, con la que siguió entrenando durante 2 años más, junto con otras dos maravillosas actrices y una bailarina, en el Entrenamiento actoral de Mujeres con gesto. Actualmente está en un entrenamiento actoral con el director de casting Álvaro Haro.
Con toda su formación Alba descubrió que no sólo quería actuar, sino también enseñar y guiar a otras personas en sus formaciones por lo que, tras sacarse el curso de “Escenificación y Teatro infantil”, comenzó su carrera como docente de interpretación para pequeños, adolescentes y adultos.

Interpretar es jugar a poder ser quien quieras ser, sin juicios, poniendo a disposición del personaje tu cuerpo y tu corazón.

“Para interpretar hay que sentirlo todo en tu propia vida, tanto lo bueno como lo malo. Y yo solo quiero sentir, sentir y seguir sintiendo, hasta el fin de mis días.”